En algún momento de nuestras vidas hemos visto, leído o escuchado la frase tan famosa de Pinky y Cerebro… ¿¿Noooo?? Bueno se las recuerdo… “Qué haremos hoy Cerebro. – – Pinky, hoy haremos lo qué todas las noches hacemos… Tratar de conquistar el mundo.” En este dibujo animado podemos ver una relación de “Amistad”, dónde hay insultos, muchas veces golpes, con la intención de hacer reír a la audiencia. Cerebro es un agresor constante contra Pinky. Siempre pensamos… ¡que malo es ese tal Cerebro! . Pero hoy nos centraremos en otro ratón: Pinky.
Desde 1983 el psicólogo estadounidense, Dan Kiley utilizó la simbología sacada del personaje femenino Wendy, la inseparable amiga de Peter Pan, para referirse a un síndrome sin clasificación clínica oficial, (al menos en los manuales de la OMS y la APA) , pero que ofrece de manera efectiva a manera de espejo, para poder entender el comportamiento de Codependencia a personas. Estas personas asumen una total vinculación emocional con otros así como de la luna con el planeta Tierra. (Tanto que es probable que en este momento no les suene en su mente el nombre Wendy)
Es cierto que en gran parte de la comunidad humana actual esteramos de acuerdo con la frase resaltada en la película, Into the Wild, marcada por el espíritu de Thorou… “La Felicidad solo tiene sentido, sí se comparte” (de hecho digna de un estado de WhatsApp o Instagram) pero lejos de ello, es obligatorio hablar de las características poco positivas de las personas qué manifiestan el síndrome de Wendy o Codependencia.
Características fundamentales del síndrome:
■Perfección en complacer a los demás: esta forma de pensar genera, en los que viven el síndrome de Wendy, grandes sensaciones de culpa frente a la falta de responsabilidad o problemas de los “Peter Pan” quienes pueden ser hijos, esposos, amigos, etc.
■El amor para ellos es igual a sacrificio: no logran nunca establecer límites en su entrega. La expresión “no”, nunca es utilizada por esas personas. Permanecen en darse a los demás sin importar el desgaste emocional y la soledad que de ello se desprende.
■Evitar los problemas a cualquier precio: terminan callando todos lo qué podría traer conflictos con los demás y con tal de qué Peter Pan sea feliz y nunca crezca dándose un rol eterno de cuidador.
Se ha dicho que es un síndrome asociado en gran medida a las mujeres, no se excluye qué los hombres puedan vivir esta realidad.
Advertencia ⚠.
Si has padecido de estos pensamientos o sentimientos puedes buscar apoyo con personas de confianza que no te juzguen, si toda esta realidad psicológica te afecta en aspectos claves de su desarrollo personal es necesario buscar ayuda profesional, no permitamos que Pinky o Wendy sean reales en nosotros.
Por.
Psicólogo
Servicio de Psicología en Penonomé
